Día 10
Poemas - Fernando Pessoa
Pág. 116
Lo que sentimos, no lo que es sentido
es lo que tenemos. Claro, al invierno triste,
como a la suerte acojamos.
Haya invierno en la tierra, no en la mente.
Y, amor a amor, o libro a libro, amemos
nuestra calavera breve.
martes, 27 de febrero de 2018
lunes, 26 de febrero de 2018
Día 9
Esperando a Mister Bojangles - Oliver Bourdeaut
Pág. 37
Así pues, yo ya había alcanzado uno de esos momentos críticos en los que todavía se puede elegir, en los que aún está en nuestra mano decidir nuestro futuro sentimental. En aquel instante me encontraba en lo alto del tobogán, a tiempo de volverme, bajar la escalerilla y marcharme, huir de ella poniendo como excusa una obligación tan ineludible como falsa. O bien podía dejarme llevar, tomar impulso y deslizarme por la rampa con la dulce sensación de que ya no podía decidir nada, de que ya no podía detener nada; dejar que mi destino siguiera un curso que yo no había trazado y, para terminar, aterrizar en un montón de arena dorada, mullida y movediza. Era consciente de que aquella chica no estaba del todo en sus cabales, de que sus delirantes ojos verdes ocultaban taras secretas, de que sus mejillas infantiles, ligeramente redondeadas, disimulaban las heridas de la adolescencia, de que a aquella hermosa joven, en apariencia despreocupada y risueña, la vida debía de haberla zarandeado y golpeado con dureza. Me dije que por eso bailaba como una loca, sencillamente para olvidar su tormentoso pasado. Me dije, como un idiota, que mi vida profesional se había visto coronada por el éxito, que era casi rico, bastante atractivo y podía encontrar una esposa normal con facilidad, llevar una vida ordenada, tomar una copa todas las tardes antes de cenar y acostarme a medianoche. Me dije que yo también estaba un poco tocado el ala y que no tenía derecho a encapricharme de una chica que lo estaba del todo, que nuestra relación sería como la de un hombre al que le falta una pierna con una mujer sin extremidades, que una unión así por fuerza tenía que cojear, avanzar a tientas en direcciones inverosímiles. Estaba a punto de rendirme, me había asustado del caos futuro, el perpetuo torbellino que aquella joven se proponía venderme rebajado, como en un anuncio publicitario, contoneándose con entusiasmo. Y de pronto, al sonar las primeras notas de un tema de jazz, me pasó el chal de gasa alrededor del cuello, me atrajo hacia ella bruscamente, con fuerza, y nos encontramos mejilla con mejilla. Y comprendí que seguía haciéndome preguntas sobre un asunto ya zanjado, que me deslizaba hacia aquella preciosa morena, que ya estaba en mitad de la rampa, que me había lanzado hacia la niebla sin siquiera darme cuenta, sin señal de aviso.
Esperando a Mister Bojangles - Oliver Bourdeaut
Pág. 37
Así pues, yo ya había alcanzado uno de esos momentos críticos en los que todavía se puede elegir, en los que aún está en nuestra mano decidir nuestro futuro sentimental. En aquel instante me encontraba en lo alto del tobogán, a tiempo de volverme, bajar la escalerilla y marcharme, huir de ella poniendo como excusa una obligación tan ineludible como falsa. O bien podía dejarme llevar, tomar impulso y deslizarme por la rampa con la dulce sensación de que ya no podía decidir nada, de que ya no podía detener nada; dejar que mi destino siguiera un curso que yo no había trazado y, para terminar, aterrizar en un montón de arena dorada, mullida y movediza. Era consciente de que aquella chica no estaba del todo en sus cabales, de que sus delirantes ojos verdes ocultaban taras secretas, de que sus mejillas infantiles, ligeramente redondeadas, disimulaban las heridas de la adolescencia, de que a aquella hermosa joven, en apariencia despreocupada y risueña, la vida debía de haberla zarandeado y golpeado con dureza. Me dije que por eso bailaba como una loca, sencillamente para olvidar su tormentoso pasado. Me dije, como un idiota, que mi vida profesional se había visto coronada por el éxito, que era casi rico, bastante atractivo y podía encontrar una esposa normal con facilidad, llevar una vida ordenada, tomar una copa todas las tardes antes de cenar y acostarme a medianoche. Me dije que yo también estaba un poco tocado el ala y que no tenía derecho a encapricharme de una chica que lo estaba del todo, que nuestra relación sería como la de un hombre al que le falta una pierna con una mujer sin extremidades, que una unión así por fuerza tenía que cojear, avanzar a tientas en direcciones inverosímiles. Estaba a punto de rendirme, me había asustado del caos futuro, el perpetuo torbellino que aquella joven se proponía venderme rebajado, como en un anuncio publicitario, contoneándose con entusiasmo. Y de pronto, al sonar las primeras notas de un tema de jazz, me pasó el chal de gasa alrededor del cuello, me atrajo hacia ella bruscamente, con fuerza, y nos encontramos mejilla con mejilla. Y comprendí que seguía haciéndome preguntas sobre un asunto ya zanjado, que me deslizaba hacia aquella preciosa morena, que ya estaba en mitad de la rampa, que me había lanzado hacia la niebla sin siquiera darme cuenta, sin señal de aviso.
domingo, 25 de febrero de 2018
Día 8
El último teorema de Fermat - Simon Singh
Pág. 271
Las formas modulares constituyen uno de los más extraños y maravillosos objetos de las matemáticas. Son una de las entidades más esotéricas de esta disciplina y, sin embargo, el teórico de los números del siglo XX Martin Eichler las catalogó como una de las cinco operaciones fundamentales: adición, sustracción, multiplicación, división y formas modulares. La mayoría de los matemáticos se considerarían maestros de las primeras cuatro, pero la quinta todavía la encuentran un poco confusa.
El aspecto clave de las formas modulares es su excesivo nivel de simetría. Aunque la mayoría de la gente está familiarizada con el concepto cotidiano de simetría, éste tiene un significado muy particular en las matemáticas: un objeto tiene simetría si puede transformarse pero que pueda, después parecer inalterado. Para poder apreciar la inmensa simetría de una forma modular es útil examinar primero la simetría de un objeto más corriente, como un simple cuadrado.
El último teorema de Fermat - Simon Singh
Pág. 271
Las formas modulares constituyen uno de los más extraños y maravillosos objetos de las matemáticas. Son una de las entidades más esotéricas de esta disciplina y, sin embargo, el teórico de los números del siglo XX Martin Eichler las catalogó como una de las cinco operaciones fundamentales: adición, sustracción, multiplicación, división y formas modulares. La mayoría de los matemáticos se considerarían maestros de las primeras cuatro, pero la quinta todavía la encuentran un poco confusa.
El aspecto clave de las formas modulares es su excesivo nivel de simetría. Aunque la mayoría de la gente está familiarizada con el concepto cotidiano de simetría, éste tiene un significado muy particular en las matemáticas: un objeto tiene simetría si puede transformarse pero que pueda, después parecer inalterado. Para poder apreciar la inmensa simetría de una forma modular es útil examinar primero la simetría de un objeto más corriente, como un simple cuadrado.
sábado, 24 de febrero de 2018
Día 7
Vikingos en la Tierra Verde - Patricio Killian y Sebastián Vargas
Pág. 112 - Perseguidos
Los primeros días después de mi llegada a Eriksfiord todos me veían con pena, como un niño desgraciado que había perdido a su madre y a sus abuelos. Luego, cuando llegó la noticia del último naufragio de Biarni, me consideraron un huérfano sin herencia. Pero, poco a poco, todos empezaron a murmurar algo que yo había pensado pero no dicho: la desgracia me seguía.
En efecto, cuando llegué a Eriksfiord fue como si la desgracia hubiera rastreado mis huellas desde Heriolfnes para acompañarme en mi nuevo hogar: y la casa de Erik, que hasta entonces había sido la patria de la buena suerte, se tiñó bien pronto de los oscuros colores del infortunio.
Y tal vez la bienaventuranza sea una compañera fiel; pero nada se copara con la persistencia de la desgracia, una vez que huele la sangre de su presa.
Vikingos en la Tierra Verde - Patricio Killian y Sebastián Vargas
Pág. 112 - Perseguidos
Los primeros días después de mi llegada a Eriksfiord todos me veían con pena, como un niño desgraciado que había perdido a su madre y a sus abuelos. Luego, cuando llegó la noticia del último naufragio de Biarni, me consideraron un huérfano sin herencia. Pero, poco a poco, todos empezaron a murmurar algo que yo había pensado pero no dicho: la desgracia me seguía.
En efecto, cuando llegué a Eriksfiord fue como si la desgracia hubiera rastreado mis huellas desde Heriolfnes para acompañarme en mi nuevo hogar: y la casa de Erik, que hasta entonces había sido la patria de la buena suerte, se tiñó bien pronto de los oscuros colores del infortunio.
Y tal vez la bienaventuranza sea una compañera fiel; pero nada se copara con la persistencia de la desgracia, una vez que huele la sangre de su presa.
viernes, 23 de febrero de 2018
Día 6
Nocturno Hindú - Antonio Tabucchi
Pág. 69
"¿Entonces?", pregunté, "¿puedo saberlo?".
"Lo siento", dijo él, "dice mi hermano que no es posible, tú eres otro".
"¿Ah, sí?", dije yo, "¿quién soy?".
El chiquillo se dirigió nuevamente a su hermano y éste le respondió brevemente. "Esto no importa", me transmitió el chiquillo, "es sólo maya".
"¿Y qué quiere decir maya?".
"Es la apariencia del mundo", respondió el chiquillo, "pero es sólo ilusión, lo que cuenta es el atma". Luego pareció querer asegurarse con el hermano y me confirmó con convicción: "Lo que cuenta es el atma".
"¿Y qué es el atma?".
Al chiquillo le hizo sonreír mi ignorancia. "The soul", dijo, "el alma individual".
Entró una mujer y fue a sentarse en el banco de enfrente. Llevaba un cesto con un niño dormido. Yo la miré y ella me hizo un rápido gesto con las manos juntas delante de la cara, en señal de respeto.
Nocturno Hindú - Antonio Tabucchi
Pág. 69
"¿Entonces?", pregunté, "¿puedo saberlo?".
"Lo siento", dijo él, "dice mi hermano que no es posible, tú eres otro".
"¿Ah, sí?", dije yo, "¿quién soy?".
El chiquillo se dirigió nuevamente a su hermano y éste le respondió brevemente. "Esto no importa", me transmitió el chiquillo, "es sólo maya".
"¿Y qué quiere decir maya?".
"Es la apariencia del mundo", respondió el chiquillo, "pero es sólo ilusión, lo que cuenta es el atma". Luego pareció querer asegurarse con el hermano y me confirmó con convicción: "Lo que cuenta es el atma".
"¿Y qué es el atma?".
Al chiquillo le hizo sonreír mi ignorancia. "The soul", dijo, "el alma individual".
Entró una mujer y fue a sentarse en el banco de enfrente. Llevaba un cesto con un niño dormido. Yo la miré y ella me hizo un rápido gesto con las manos juntas delante de la cara, en señal de respeto.
jueves, 22 de febrero de 2018
Día 5
Viaje de Novios - Patrick Modiano
Pág. 71
De camino hacia la playa, Rigaud pensaba en lo que le iba a decir a Ingrid. Le ocultaría que había redadas de la policía previstas para la siguiente semana y le explicaría, sencillamente, que una amiga de su madre les prestaba una villa. Su madre... ¿Por qué ironía del destino volvía a aparecer en su vida de forma tan insistente siendo así que siempre le había fallado su presencia cuando la había necesitado? Y ahora que estaba muerta era como si la señora de Paul Rigaud quisiera hacerse perdonar y borrar todos los agravios que le había hecho.
La playa estaba desierta. Ni siquiera habían recogido las pocas tumbonas que seguían de cara al mar. Sólo quedaba ya Ingrid. Estaba tomando el sol en el pontón.
-Me he encontrado con el portero de Le Provençal -dijo Rigaud-. Nos ha encontrado una villa. El hotel va a cerrar dentro de poco.
Viaje de Novios - Patrick Modiano
Pág. 71
De camino hacia la playa, Rigaud pensaba en lo que le iba a decir a Ingrid. Le ocultaría que había redadas de la policía previstas para la siguiente semana y le explicaría, sencillamente, que una amiga de su madre les prestaba una villa. Su madre... ¿Por qué ironía del destino volvía a aparecer en su vida de forma tan insistente siendo así que siempre le había fallado su presencia cuando la había necesitado? Y ahora que estaba muerta era como si la señora de Paul Rigaud quisiera hacerse perdonar y borrar todos los agravios que le había hecho.
La playa estaba desierta. Ni siquiera habían recogido las pocas tumbonas que seguían de cara al mar. Sólo quedaba ya Ingrid. Estaba tomando el sol en el pontón.
-Me he encontrado con el portero de Le Provençal -dijo Rigaud-. Nos ha encontrado una villa. El hotel va a cerrar dentro de poco.
miércoles, 21 de febrero de 2018
Día 4
La noche del oráculo - Paul Auster
Pág. 28
Pero quiero ir más allá del cuerpo de Grace, más allá de los incidentales detalles de su persona física. Los cuerpos cuentan, desde luego -cuentan más de lo que estamos dispuestos a admitir-: pero no nos enamoramos de los cuerpos, nos enamoramos de lo que somos, y si en gran parte nuestra naturaleza se ve circunscrita a un ámbito de carne y hueso, también hay otra cosa. Eso lo sabemos todos, pero en cuanto nos apartamos de un catálogo de apariencias y cualidades superficiales, las palabras empiezan a fallar, a desmenuzarse en confusiones místicas y metáforas nebulosas, insustanciales. Algunos lo denominan la llama de la existencia. Otros, la chispa interior o la luz íntima de la personalidad. Y otros se refieren a la llama de la esencia. Los términos siempre evocan imágenes de luz y calor, y esa fuerza, ese principio vital que a veces llamamos alma, siempre se comunica al otro a través de la mirada. Seguro que los poetas acertaban al insistir en ese punto. El misterio del deseo empieza cuando se mira a los ojos al ser amado, porque únicamente allí puede percibirse un destello de quién es esa persona.
La noche del oráculo - Paul Auster
Pág. 28
Pero quiero ir más allá del cuerpo de Grace, más allá de los incidentales detalles de su persona física. Los cuerpos cuentan, desde luego -cuentan más de lo que estamos dispuestos a admitir-: pero no nos enamoramos de los cuerpos, nos enamoramos de lo que somos, y si en gran parte nuestra naturaleza se ve circunscrita a un ámbito de carne y hueso, también hay otra cosa. Eso lo sabemos todos, pero en cuanto nos apartamos de un catálogo de apariencias y cualidades superficiales, las palabras empiezan a fallar, a desmenuzarse en confusiones místicas y metáforas nebulosas, insustanciales. Algunos lo denominan la llama de la existencia. Otros, la chispa interior o la luz íntima de la personalidad. Y otros se refieren a la llama de la esencia. Los términos siempre evocan imágenes de luz y calor, y esa fuerza, ese principio vital que a veces llamamos alma, siempre se comunica al otro a través de la mirada. Seguro que los poetas acertaban al insistir en ese punto. El misterio del deseo empieza cuando se mira a los ojos al ser amado, porque únicamente allí puede percibirse un destello de quién es esa persona.
viernes, 9 de febrero de 2018
Día 3
I Ching - Richard Wilhelm
Pág. 289
53. Chien / La evolución (Progreso paulatino)
arriba Sun, Lo Suave, el viento, la madera
abajo Ken, El Aquietamiento, la montaña
El signo se compone de Sun (madera, penetración) arriba, o sea afuera, y Ken (montaña, quietud) abajo, o sea adentro. Un árbol sobre la montaña se desarrolla lentamente, conforme a un orden dado, y en consecuencia se halla firmemente arraigado. Surge así la idea de la evolución que avanza paulatinamente, paso a paso. También las cualidades de las figuras lo señalan así: adentro hay quietud, tranquilidad que protege de actitudes irreflexivas, y afuera penetración, que hace posible la evolución y El Progreso.
EL DICTAMEN
La evolución. Casan a la muchacha. ¡Ventura!
es propicia la perseverancia.
I Ching - Richard Wilhelm
Pág. 289
53. Chien / La evolución (Progreso paulatino)
arriba Sun, Lo Suave, el viento, la madera
abajo Ken, El Aquietamiento, la montaña
El signo se compone de Sun (madera, penetración) arriba, o sea afuera, y Ken (montaña, quietud) abajo, o sea adentro. Un árbol sobre la montaña se desarrolla lentamente, conforme a un orden dado, y en consecuencia se halla firmemente arraigado. Surge así la idea de la evolución que avanza paulatinamente, paso a paso. También las cualidades de las figuras lo señalan así: adentro hay quietud, tranquilidad que protege de actitudes irreflexivas, y afuera penetración, que hace posible la evolución y El Progreso.
EL DICTAMEN
La evolución. Casan a la muchacha. ¡Ventura!
es propicia la perseverancia.
jueves, 8 de febrero de 2018
Día 2
Lou Andreas-Salomé - Rainer Maria Rilke
Pág.28
(Andreas- Salomé sobre Rilke)
Así definía su receptividad y su expectación hacia 1897, en Munich, donde había permanecido un año, y luego también el verano en Wolfratshaus, antes de trasladarse a Schmargendorf, en Berlín. Todavía en Munich escribía:
Me pregunto tantas cosas en estos días, como siempre en tiempos de grandes tumultos. Estoy en los albores de una nueva época. (...). He partido del jardín que ha llegado a cansarme tanto.
Al recordarlo observa otra vez (desde Roma, 1903):
El mundo perdió para mí nebulosidad, ese fluido hacerse y deshacerse que constituía lo peculiar y la indigencia de mis primeros versos; se convirtió en cosas, en diversos animales, en flores reales; aprendí algo simple: aprendí lenta y trabajosamente qué simple es todo y maduré para expresar con sencillez.
"Madurez para expresar con sencillez", ya entonces era su único objetivo, enervar la exaltación como algo todavía incompleto todavía tentativo, aún cuando estéticamente fuera lograda. En una de sus cartas más antiguas desde Munich en la que me enviaba unas poesías, dice así:
Cada vez más sencilla y simple madurará mi confesión...
Y cuando te lo diga muy simplemente, lo comprenderás simplemente.
Lou Andreas-Salomé - Rainer Maria Rilke
Pág.28
(Andreas- Salomé sobre Rilke)
Así definía su receptividad y su expectación hacia 1897, en Munich, donde había permanecido un año, y luego también el verano en Wolfratshaus, antes de trasladarse a Schmargendorf, en Berlín. Todavía en Munich escribía:
Me pregunto tantas cosas en estos días, como siempre en tiempos de grandes tumultos. Estoy en los albores de una nueva época. (...). He partido del jardín que ha llegado a cansarme tanto.
Al recordarlo observa otra vez (desde Roma, 1903):
El mundo perdió para mí nebulosidad, ese fluido hacerse y deshacerse que constituía lo peculiar y la indigencia de mis primeros versos; se convirtió en cosas, en diversos animales, en flores reales; aprendí algo simple: aprendí lenta y trabajosamente qué simple es todo y maduré para expresar con sencillez.
"Madurez para expresar con sencillez", ya entonces era su único objetivo, enervar la exaltación como algo todavía incompleto todavía tentativo, aún cuando estéticamente fuera lograda. En una de sus cartas más antiguas desde Munich en la que me enviaba unas poesías, dice así:
Cada vez más sencilla y simple madurará mi confesión...
Y cuando te lo diga muy simplemente, lo comprenderás simplemente.
miércoles, 7 de febrero de 2018
Juego de AZAR
Voy a dejarme fluir y que el azar me hable. Durante diez días tomaré un libro cualquiera y lo abriré donde se deje abrir. Lo que primero lea será lo que publique aquí. Los días pueden ser corridos o salteados, según salga. Al cabo de ese tiempo veremos qué trajo el oleaje. Si hay un mensaje oculto, un hilo conductor. Cuál será el tiempo de corte si el tema cambia. Qué contexto es más favorable para qué tema. O nada de eso. Veremos.
Día 1
James Joyce - Ulises
Pág. 283
STEPHEN: (Stringendo) Ha escondido su propio nombre, un hermoso nombre, William, en los dramas, aquí un comparsa, allí un bufón, como un pintor de la antigua Italia escondiendo su cara en un rincón oscuro de su lienzo. Lo ha revelado en los sonetos donde hay Will de sobra. Como John O'Gaunt, su nombre le es caro, tan caro como el escudo que obtuvo a fuerza de adular, sobre banda de Sabel una lanza con punta argentada, honorificabilitudinitatibus, más caro que su gloria del mayor sacude-escenas del país. ¿Qué hay en un nombre? Eso es lo que nos preguntamos en la niñez cuando escribimos el nombre que nos dicen que es el nuestro. Una estrella, una estrella diurna, un meteoro surgió en su nacimiento. Brillaba de día en los cielos, solo, más claro que Venus de noche, y de noche brillaba sobre la Delta de Casiopea, la constelación recumbente que es la firma de su inicial entre las estrellas. Sus ojos lo observaron, bajo sobre el horizonte, al este de la Osa, al caminar por los soñolientos campos de verano a medianoche, volviendo de Shottery y de los brazos de ella.
Los dos satisfechos. Yo también.
No les digas que tenía nueve años cuando se extinguió.
Y de los brazos de ella.
Espera a ser cortejado y conquistado. Eso es, bobo. ¿Quién te va a cortejar?
Lee los cielos. Autontimerúmenos. Bous Stephanoúmenos. ¿Dónde está su configuración? Stephen, Stiven, de los que viven. S. D.: sua donna. Già: di lui. Gelindo disolver di non amar S. D.
Día 1
James Joyce - Ulises
Pág. 283
STEPHEN: (Stringendo) Ha escondido su propio nombre, un hermoso nombre, William, en los dramas, aquí un comparsa, allí un bufón, como un pintor de la antigua Italia escondiendo su cara en un rincón oscuro de su lienzo. Lo ha revelado en los sonetos donde hay Will de sobra. Como John O'Gaunt, su nombre le es caro, tan caro como el escudo que obtuvo a fuerza de adular, sobre banda de Sabel una lanza con punta argentada, honorificabilitudinitatibus, más caro que su gloria del mayor sacude-escenas del país. ¿Qué hay en un nombre? Eso es lo que nos preguntamos en la niñez cuando escribimos el nombre que nos dicen que es el nuestro. Una estrella, una estrella diurna, un meteoro surgió en su nacimiento. Brillaba de día en los cielos, solo, más claro que Venus de noche, y de noche brillaba sobre la Delta de Casiopea, la constelación recumbente que es la firma de su inicial entre las estrellas. Sus ojos lo observaron, bajo sobre el horizonte, al este de la Osa, al caminar por los soñolientos campos de verano a medianoche, volviendo de Shottery y de los brazos de ella.
Los dos satisfechos. Yo también.
No les digas que tenía nueve años cuando se extinguió.
Y de los brazos de ella.
Espera a ser cortejado y conquistado. Eso es, bobo. ¿Quién te va a cortejar?
Lee los cielos. Autontimerúmenos. Bous Stephanoúmenos. ¿Dónde está su configuración? Stephen, Stiven, de los que viven. S. D.: sua donna. Già: di lui. Gelindo disolver di non amar S. D.
viernes, 2 de febrero de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)