martes, 24 de marzo de 2015

Redención


Caminó por la ciudad hundida en niebla hasta que llegó a la torre. 

Sólo bastó un chasquido de sus dedos para que la puerta se abriera y lo dejara pasar. Los pasadizos oscuros no lo asustaban y tampoco las húmedas heridas de las paredes. 

Escaleras arriba lo esperaba su salvación envuelta en un sobre lacrado y hacia ella fue apurando el paso, mutando la piel y despojándose de su malicia. 

Sólo una pregunta lo atormentaba: ¿sería su salvación su libertad?

viernes, 13 de marzo de 2015

Palabrerío

Conocí al hombre sin cuerpo. Que me abrazó sin brazos, me besó sin labios y me enamoró con palabras

Conocí al hombre que nunca vi. Que imaginó mis manos, arrebató mi calma y se durmió conmigo y a la vez, sin mí.

Cedí al más tímido y primitivo de los enlaces, un enlace sensorial, asimétrico e inevitable (proclamado en sílabas amorosamente ordenadas en forma de desahogo y sin otra intención que la de exponerse).

Conocí al hombre sin cuerpo, que me hizo recordar cuándo las palabras muerden, queman, enfrían y aniquilan. Y que también pueden erigirse en la más cálida mentira.


Alguien dijo alguna vez: "Tu silencio no es más que una manifestación de tu cobardía". Ahora que tampoco hay palabras. Ahora, ahora te lo digo.

jueves, 5 de marzo de 2015

El juicio


El filo de la historia le marcó la cara y le tatuó los huesos. En total calma, descosió el hilván de sus relatos y se aplomó sobre la silla a esperar el veredicto del jurado. No hubo méritos en el caso y sin embargo la sala estaba completa hasta el desborde. 

La cabeza gacha y las manos tendidas sobre el regazo eran la señal inequívoca de su rendición a un destino que ya estaba escrito y que él había desoído durante todo ese tiempo. 

A pesar de su saña consigo mismo, aquellos hombres y mujeres de pie lo declararon inocente, un devenir certero para quien siempre se había concebido culpable.